ACTA OCEANOGRÁFICA DEL PACÍFICO VOL. 22 No1, 2018.
NUEVA EVIDENCIA DE CONECTIVIDAD DE BALLENAS JOROBADAS ENTRE PENINSULA ANTARTICA Y LA COSTA DE ECUADOR
Fernando Félix1,2, Alfredo Carrasco Valdivieso3 y Ben Haase1
1 Museo de ballenas de Salinas. General Enriques Gallo S/N, entre calles47 y 50. Salinas, Ecuador. Email: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
2 Pontificia Universidad católica del Ecuador (PUCE). Avenida 12 de Octubre 1076, Quito, Ecuador
3 SamiriProGea. Inglaterra N32 189 y Mariana de Jesús. Quito, Ecuador. Email: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
RESUMEN
Presentamos tres casos de ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) fotografiadas en aguas de la península Antártica durante el verano austral de 2015, que fueron previamente registradas frente a la costa de Salinas, Santa Elena, Ecuador. Se confirma, una vez más, la conectividad entre las ballenas jorobadas que se reproducen en la costa de Ecuador con las que se alimentan en el lado occidental de la península Antártica. La distancia mínima entre ambos sitios es de 7,200 km. El período máximo transcurrido entre los re-avistamientos en uno de los casos fue de 12 años y cinco meses. Nuestro hallazgo demuestra la importancia de realizar estudios de largo plazo para especies de larga vida como las ballenas jorobadas y de utilizar cada plataforma de investigación disponible para mejorar nuestro conocimiento de estas especies y su ambiente. Recomendamos al Instituto Antártico Ecuatoriano incluir una línea de investigación sobre mamíferos marinos, lo que contribuirá a mejorar nuestra comprensión del rol de estas especies en el ecosistema antártico y promover su investigación y conservación, en seguimiento a acuerdos internacionales adoptados por Ecuador. Así mismo, recomendamos a empresas turísticas que operan en Antártica contribuir con fotografías a programas de investigación como el del Museo de Ballenas de Salinas.
Palabras claves: ballena jorobada, migración, península Antártica, Ecuador, fotoidentificación
ABSTRACT
We report three cases of humpback whales (Megaptera novaeangliae) photographed off the Antarctic Peninsula during the austral summer 2015, that were previously observed off the coast of Salinas, Santa Elena, Ecuador. Once again, we confirm the connectivity between humpback whales breeding on the coast of Ecuador with those feeding on the western side of the Antarctic Peninsula. The minimum distance between both sites is 7,200 km. The timespan in one case was 12 years and five months. Our findings demonstrate the importance of long-term studies for long-lived species such as humpback whales, and the use of every available research platform to improve our knowledge of these species and their environment. We recommend the Ecuadorian Antarctic Institute includes marine mammals as a research topic. This will help to improve our understanding of the role of these species in the Antarctic ecosystem and promote their study and conservation, in compliance with international agreements adopted by Ecuador. We also recommend that tourist companies operating in the Antarctic contribute photographs to research programs such as those run by the Whale Museum of Salinas.
Keywords: humpback whale, migration, Antarctic Peninsula, Ecuador, photo-identification
INTRODUCCION
La ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), al igual que la mayoría de las grandes ballenas, es una especie altamente migratoria que tiene sus sitios de alimentación y reproducción separados por miles de kilómetros (Kellogg, 1929; Mackintosh, 1942). En el hemisferio sur existen seis poblaciones o stocks reconocidos por la Comisión Ballenera Internacional y referidos con las letras de la A a la G (IWC, 1998). La población que llega a la costa de Ecuador y Galápagos se lo conoce como el Stock Reproductivo G, también llamado del Pacífico Sudeste o de la costa occidental de Sudamérica. Esta población tiene su área de reproducción en la zona tropical que comienza en el límite entre Ecuador y Perú (aproximadamente 4ºS) y se extiende hasta el sur de Costa Rica (12ºN) (Florez, et al., 1998; Rasmussen et al., 2007), y las áreas de alimentación localizadas en el sur de Chile y principalmente en el lado occidental de la península Antártica (Dalla-Rosa et al., 2008; Acevedo et al., 2007; Hucke-Gaete et al., 2013).
La presencia estacional de ballenas jorobadas en la costa de Ecuador y su importancia como zona de reproducción es conocida por mucho tiempo. Entre 1852 y 1853 el famoso ballenero Charles Scammon observó que en el golfo de Guayaquil había una abundante cantidad de ballenas jorobadas reproduciéndose (Scammon, 1874). Sin embargo, la especie fue“redescubierta” en las costas de Ecuador recién durante la década de los 90´s del siglo XX gracias ala iniciativa de investigadores independientes que vienen realizando estudios de largo plazo por más de dos décadas (e.g. Scheidat et al. 2000; Félix y Haase, 2001). La razón por la cual las ballenas jorobadas fueron “olvidadas” por la ciencia durante más de un siglo se debió a que la población fue diezmada por la caza de ballenas, actividad que se inició en esta región del mundo en el siglo XVIII y continuó a lo largo del Pacífico Sudeste en el siglo XX desde estaciones balleneras en Perú y Chile (Chiriboga, 1972; Clarke, 1980; Ramírez,1988).
La conectividad entre las zonas de alimentación en Antártica con la costa de Ecuador y Galápagos para las ballenas jorobadas del Pacífico Sudeste ha sido establecida en la última década gracias a estudios de foto identificación (Stevick et al. 2004, Acevedo et al., 2007), genética (Félix et al., 2012) y recientemente el seguimiento de animales con marcas satelitales (Félix y Guzmán, 2014). La mayoría de la evidencia de Antártica que muestra dicha conectividad proviene de diferentes equipos de investigación extranjeros que realizan estudios de ballenas jorobadas alrededor de la península Antártica durante el verano austral, como por ejemplo el Instituto Antártico Chileno, el Programa Antártico Brasileño, entre otros. En este artículo informamos sobre nueva evidencia de conectividad para la especie entre Ecuador y la península Antártica, lo que resalta la importancia de promover estudios de ballenas durante las expediciones ecuatorianas a la Antártica.
FUENTE DE LA INFORMACIÓN
Las ballenas jorobadas pueden ser identificadas individualmente gracias al patrón de coloración de la cara ventral de la cola que es único en cada individuo (Katona, et al.,1979). Aunque la diferencia se basa solo en dos colores, blanco y negro, existe una posibilidad casi infinita de combinaciones de rayas, círculos, grosor y forma del borde que vuelven único a cada individuo. Usando esta técnica, investigadores del Museo de Ballenas de Salinas (MBS) registraron y catalogaron 2,133 individuos en la costa de Ecuador entre 1991 y 2013, principalmente en Salinas (2º10’S, 81º02’W) y en la zona del Parque Nacional Machalilla y sus alrededores (1º21’S, 80º54’W) (Félix y Haase, 2001; Félix et al., 2011). El catálogo del MBS digitalizado está disponible para investigadores que deseen comparar fotografías de ballenas tomadas en Ecuador o en cualquier otra parte del Pacífico Sudeste, incluso más allá de esta región. Es un esfuerzo colaborativo a través del cual se han realizado importantes avances sobre los movimientos de esta población de ballenas a escala regional e incluso interoceánica (e.g. Stevick et al., 2004; 2013; Acevedo et al., 2007; Dalla Rosa, et al., 2012).
Durante el verano austral 2015 (enero-marzo) el segundo autor (ACV), en una visita a la península Antártica a bordo de la embarcación de turismo Ocean Diamond – Quark Expeditions, tuvo la oportunidad de fotografiar ballenas jorobadas en la parte central del estrecho de Gerlache(64º,40’S, 62º52’W) (Figura 1). Un total de 11individuos diferentes fueron fotografiados entre el 13 y 15 de enero de 2015 y fueron comparados con el catálogo del MBS en búsqueda de coincidencias. Las ballenas en pareja o en grupos de hasta tres individuos, estaban dedicadas al forrajeo. La observación de las ballenas formaba parte de las actividades que ofrecía la empresa turística.
Figura 1. Sitios de donde fueron registradas los individuos Nos 276, 1090 y 2152 en Ecuador y península Antártica.
RESULTADOS
De la comparación entre los once individuos fotografiados en Antártica se obtuvieron tres coincidencias con individuos del catálogo del MBS asignados con los números 276, 1090 y 2152 (Figura 2). Los tres individuos fueron previamente registrados frente a Salinas, Santa Elena:el individuo Nº 276 fue registrado dos veces, la primera el 10 de agosto de 2002 y la segunda el 25 de agosto de 2008; el individuo Nº 1090, una sola vez el 1 de agosto de 2007; y el Nº 2152, una vez el 31 de agosto de 2013. La distancia más corta entre Salinas y el sitio de registro de los animales en el estrecho de Gerlache es de 7,200 km. El tiempo transcurrido entre la primera y última vez que se observó al individuo Nº 276 es de 12 años y 5 meses; del Nº 1090 siete años y 5 meses; y del Nº 2152 1 año y cinco meses. Se desconoce el sexo de los individuos aquí mencionados.
Figura 2.Fotografías de los tres individuos registrados en el estrecho de Gerlache (d) y de los registrados en Salinas (i) que constan en el catálogo MBS como Inds Nº 276 (arriba),1090 (en medio) y 2152 (abajo).
DISCUSION
La información aquí presentada demuestra la importancia de realizar estudios con una visión de largo plazo sobre animales de larga vida y ciclos biológicos complejos como la ballena jorobada. Así mismo, se destaca la importancia de realizar estudios colaborativos e inter disciplinarios que permitan integrar información sobre especies migratorias y su ambiente obtenida en los diferentes sitios de distribución de estas especies, mejorando así nuestro conocimiento sobre las variables ecológicas que regulan su presencia y movimientos estacionales (e.g.Flórez-González et al., 2007; CPPS, 2014).
Debido a la cantidad de alimento que consumen durante la temporada de alimentación, las ballenas y otros mamíferos marinos tienen un papel ecológico importante en el ecosistema antártico. Se considera que las fluctuaciones poblacionales de ballenas causadas por la caza comercial han provocado cambios a gran escala y un efecto de cascada trófica al verse afectados no solo especies de vertebrados superiores como pingüinos y focas, sino incluso las comunidades plantónicas y nectónicas (Ainley et al., 2009). Por ello recomendamos incluir estudios de mamíferos marinos dentro de las actividades regulares del Instituto Antártico Ecuatoriano, lo que permitirá entrenar personas y contribuir al conocimiento integral del ecosistema antártico. En años pasados, los cruceros de investigación oceanográfica que realiza el Instituto Oceanográfico de la Armada (INOCAR) en aguas ecuatorianas han demostrado ser valiosas plataformas para la investigación de cetáceos (e.g. Clarke et al., 2002; Jiménez et al., 2011; O´Hearn, 2012). Las Expediciones ecuatorianas a Antártica representan una oportunidad adicional y única para investigadores de mamíferos marinos que aún no ha sido del todo aprovechada. Durante la XIV Expedición Científica a Antártica, Tirira (2010) registró 517 individuos de 11 especies de mamíferos marinos entre pinnípedos y cetáceos, pero este trabajo no continuó.
Las aguas del estrecho de Gerlache, donde fueron fotografiadas las ballenas que aquí reportamos, junto a las del estrecho de Bransfield, son los principales sitios de alimentación de las ballenas jorobadas del Pacífico Sudeste (Dalla-Rosa, 2010). Las investigaciones ecuatorianas en Antártica se concentran en los alrededores de la Estación Científica Pedro Vicente Maldonado, localizada en punta Fort Williams, isla Greenwich, al suroeste del estrecho de Bransfield. Por lo tanto, incluir a las ballenas jorobadas como objeto de investigación en las expediciones ecuatorianas a la Antártica permitiría realizar estudios complementarios a los que se realizan con esta especie en la zona de reproducción en la costa continental de Ecuador. Además de la foto identificación, que entre otras cosas sirve para demostrar la conectividad y ajustar parámetros para modelación poblacional, recomendamos extender las investigaciones de ballenas jorobadas para incluir estudios de genética para mejorar nuestro entendimiento de la estructura poblacional (e.g. Félix et al., 2012), comportamiento alimenticio, isótopos estables para trazar procesos fisicoquímicos, marcación satelital para mejorar nuestra comprensión de los movimientos locales (e.g .Dalla-Rosa et al., 2008), entre otros.
Entendemos las limitaciones en términos de recursos económicos y logísticos que representa incluir una nueva área de investigación en futuras expediciones ecuatorianas a la Antártica. Sin embargo, Ecuador al ser signatario de la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas (1946) y su Protocolo (1959), se ha comprometido a promover la investigación científica y la conservación de las especies de ballenas que son de interés para la convención. Por lo tanto esta recomendación no solo es pertinente sino que su adopción ayudará a visibilizar el trabajo de investigación del Instituto Antártico Ecuatoriano en este y otros foros internacionales relacionados con biodiversidad marina y especies migratorias.
Destacamos también el importante rol que expediciones no científicas pueden tener en la generación de información biológica y contribuir al esfuerzo que realizan grupos de investigación de mamíferos marinos antárticos, de manera similar a lo que ocurre con programas de observación de ballenas en la costa de Ecuador, incluido el golfo de Guayaquil y las Islas Galapagos, que han permitido obtener valiosa información biológica y ecológica durante la fase de reproducción de las ballenas jorobadas (e.g. Félix y Haase 2001; Félix et al., 2011, 2012). Alentamos a los operadores turísticos antárticos a capacitar guías naturalistas, adoptar protocolos para la toma de información y proporcionar acceso a investigadores abordo.
AGRADECIMIENTOS
A lo largo de los años muchas personas han contribuido con el catálogo del Museo de Ballenas de Salinas, incluyendo investigadores, guías naturalistas y turistas; agradecemos a todos ellos por su colaboración. A. Carrasco agradece a Sylvia Harcourt-Carrasco, Sandy Harcourt y Kelly Stewart por su apoyo para este viaje, así como a la empresa Samiri ProGea.
REFERENCIAS
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